Lentes para ver Barbie

Fui a ver Barbie. tuve que dejar reposar algunas percepciones para no lanzar juicios a priori, necesitaba reflexionar para concluir si realmente debía declarar una decepción o celebrar la cinta. 

Mi expectativa al ver la película era divertirme y ver qué mirada iba a poner Greta Gerwig en esta historia,  nunca he visto una película animada de Barbie, pero me atraía la idea de ver cómo le iría a Barbie en el mundo real. Efectivamente la sala se carcajeaba con muchas escenas cómicas, aunque creo que las expresiones que más me sacó fueron algunos já! jum! De ironía. Y es que la película quizá no se pueda juzgar bien apenas termina, porque da la impresión de ser una comedia barata que caricaturiza temas centrales del feminismo como el patriarcado.

Creo que es esencial decir que la película no se puede juzgar por lo que muestra literalmente, porque precisamente es una comedia llena de metáforas y sarcasmos al mundo real. La directora aprovechó la ficción de Barbieland para hacer una crítica sin indirectas al patriarcado, invirtiendo los roles de poder en los dos mundos.

Hubiera preferido que la historia ofreciera otra solución a la forma en que las Barbies recuperaban el poder de los Ken que dominaban Barbieland, no me convenció mucho eso de repetir como retahíla discursos feministas para desprogramar a las Barbies, y que se instaurara un matriarcado mientras los hombres estaban entretenidos en sus narcisistas guerras; sabemos que la lucha por la equidad no es una batalla de sexos. La película puede incomodar a muchos por idiotizar a los hombres, pero en eso cumple bien su función de ironizar la forma en que han sido vistas y tratadas las mujeres. 

Una escena de humor fino es cuando muestran el comercial de la Barbie depresiva, esa que se deprime en su casa al ver que su vida no es perfecta como la de las demás. Crecí en un contexto donde no tuve muchas Barbies por lo que nunca las consideré una influencia tan fuerte como si lo fueron las reinas de belleza y modelos. Aquí es donde la escena tiene filo, porque hoy se venden muñecas no estereotípicas, pero el estereotipo de mujer exitosa que nos invade no son Barbies sino la gran cantidad de mujeres con influencia mediática en redes sociales, ahí se sigue vendiendo ese modelo de mujer hermosa, perfecta, exitosa, deseada y adinerada. Ese Barbieland virtual de filtros y fotos de vida soñada es que toca superar ahora.

Me ha encantado esa escena donde la Barbie rarita obliga a Barbie a elegir la chancla del mundo real a pesar que ella insiste en elegir el mundo fantástico del tacón, pero la rarita como una especie de personificación del destino, le muestra que no puede evadir la realidad porque es necesario enfrentarla para aprender, es una genialidad cómica que retrata el paso a la adultez, porque Barbie necesita resolver su problema existencial creado a partir de pensar en la imperfección y la muerte. La película me dio la impresión de no ser una película para niños, aunque interpretarla exige cierta perspectiva feminista, no podemos tomar a los niños de esta generación por ingenuos, y tal vez por eso la película es bastante explícita. 

La película es para todas las edades y la aplaudo, porque como producto masivo de Hollywood, tiene el poder de llegar a millones de personas  y generar debate; ejerce una fuerte interpelación a los hombres y las masculinidades dominantes en que viven; y como buen producto gringo también es una exitosa estrategia de marketing del que se vale Mattel para venderse a pesar de prestarse para ejemplificar una crítica a la doble moral patriarcal del capitalismo.

También me gustó el aspecto final de Barbie al final (el menos comercial de todos) ella con su vestido amarillo sencillo, aderezada por sus sentimientos y no por accesorios, esta es una metáfora poco vista del aspecto físico satisfactorio de Barbie (cómoda con ella misma) cuando resuelve sus conflictos de crisis e incluso aprende a convivir con ellos, como cuando dice que aprendió a llorar y que no es tan malo. Alerta Spoiler: Finalmente Barbie decide quedarse en el mundo real y experimentar la vida a través  de las emociones y las dificultades; era algo inevitable después que ella se atrevió a pensar y a no quedarse encerrada en una caja de muñeca.