Grafitour: imagen real de Medellín.


Confieso que antes no me interesaba ir al Grafitour de la comuna 13  porque tenia el prejuicio de que eso de pintar la "pobreza" de colores para traer gringos y venderles el cuento de la transformación social, era una innovación carretuda de los políticos paisas.🤷 Y aunque parte de eso sea verdad🙄 ayer quedé gratamente sorprendida de ver un proceso social muy fuerte que va más allá de los murales y la Operación Orión. (puedes investigarlo o escucharlo de las voces de los propios habitantes que saben la importancia de contar la guerra desde la perspectiva de las víctimas).

La verdad antes si me preguntaban qué lugares turísticos tiene Medellín, aparte de los museos no me parecía qué hubiese más nada. Pero ayer constaté que más que lugares bonitos con playas, selvas, arquitectura de lujo o colonial; lo que realmente quiere conocer un viajero de un lugar es el ambiente de la gente, la esencia de un pueblo. Y sinceramente el grafitour ahora me parece que representa más la historia de Medellín y Antioquia más que cualquier pueblito paisa o feria de flores.

Esos barrios de la comuna 13 son un botón de muestra de lo que es Colombia: un país donde confluyen la diversidad y la desigualdad, la legalidad y la ilegalidad, la violencia y el arte como resistencia, y una lucha por la supervivencia que iguala todos los colores de piel.

Caminar por esas calles debe despertar dudas sobre el tipo de urbanismo que moldeó el desplazamiento forzado de la guerra, sobre cómo es la convivencia en calles tan estrechas compartidas al tiempo por vehículos y peatones, sobre cómo entra un carro de basura allá; sobre los niños que tienen que aprender a ser vendedores entrones desde los 12 años, sobre todos esos chuzos de empanadas, mazorcas, arepas, obleas, cervezas y camisetas que aun les toca pagar vacuna, sobre cómo aguantaron todas esas familias en las cuarentenas sin turistas. 
Pero a pesar de la persistente ilegalidad, nos quedamos con lo bueno, con el optimismo de un pueblo que asume su historia y la lucha por subsistir a través del arte, con los jóvenes que literalmente improvisan para ganarse la vida, con las mezclas de colores, olores, sabores y sonidos que enriquecen cada rincón del grafitour.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Memoria para Rosa: una historia de amor 🌹

Utis de Anocosca: Elogio al anonimato.

25 años de un espejo roto