Un particular aniversario.📱


Hoy mi celular cumple dos años (el que más me ha durado 😆) y aunque suene bobo, voy a celebrarlo con un ejercicio autocrítico sobre sí esta herramienta me ayuda o me esclaviza.

Desde los 15 años he tenido 7 celulares, no sé ustedes pero es bueno cuestionarse esto para ver qué tan manipulables somos en términos de consumismo tecnológico; nunca me ha interesado tener lo último, y en tiempos de obsolescencia programada, aspiro a cuidarlo bastante para que me dure otros 3 años más. 

Antes de la universidad era normal que viviera sin celular, no tenía redes sociales y mis amigos me mandaban los saludos de cumpleaños por el Facebook de mis hermanas 🤗. 

Cuando inicié la carrera el celular se volvió mi oficina móvil, aquí organizaba por grupos de WhatsApp,  descargaba documentos, traducía, investigaba, estudiaba y editaba diapositivas en un bus o bajo las cobijas😁. Por esta razón cuando se me perdía sí me hacía falta.

Ahora que no estoy en estudios formales sí me pregunto cuánto tiempo al día le gasto a este aparato. Las apps que miden el uso me dicen que gasto en promedio 4 horas diarias en redes sociales😱; sigue siendo mucho a pesar que intento no perder mucho tiempo aquí hipnotizada, deslizándo el dedo viendo post por 5 segundos y siguiendo como si más abajo fuera encontrar algo que necesito hallar. Cuando me quedo una tarde metida aquí sin salir a leer y a ver el cielo, siento remordimiento y si pasa así varios días me va dando aburrimiento.

Estas son algunas de las cosas que hago desde hace 2 años para tratar que el tiempo invertido aquí sea productivo:

  1. Escuchar podcast, buena radio y conferencias. Sin duda es lo mejor que podemos hacer en medio de esta tiranía de la imagen, permite concentrarnos más tiempo en un solo tema.  Se me volvió una manera de resistir a los oficios domésticos y mecánicos; mientras limpio, cocino, hago el mercado y otras diligencias, escucho clases magistrales de literatura, feminismo, psicología, ciencia, medicina. Se encuentran tantos programas tan buenos que el celular se nos vuelve la mejor herramienta autodidacta, lo mejor es que al contenido crítico no le meten publicidad y se puede descargar gratis.

  2. Configurar páginas de interés como favoritas: las redes nos muestran mucha estupidez (por ejemplo las vidas ajenas, a veces toca silenciar contenido bobo y ocultar publicidad) por más que sigamos buenas cuentas no nos va a aparecer de primera, es bueno ir moldeando el algoritmo.

  3. Escribir: me ha gustado mucho eso de tener un breviario portátil donde puedo escribir cuando llegue de imprevisto la señora inspiración. En un viaje, en la calle o a las 2 de la mañana bajo la cobija. Me encanta la idea de poder escribir en cualquier lugar y publicar este escrito desde el celular.

  4. Descargo libros y artículos para leer en ratos de espera. A veces cargo el libro físico (Si al menos estoy como los demás metida en el teléfono, que sea para algo productivo).

En general me gusta ver mi carrete de fotos para ver la cantidad de momentos y detalles que este teléfono me ha guardado, la mayoría de mis fotos son de cielos y páginas, después hay momentos y detalles que me gusta observar como ejercicio de inspiración poética. 

En fin, espero que esta herramienta me sirva más para crear y aprender y no para perder mi tiempo en las apariencias hedonistas ajenas que inundan las pantallas y engañan nuestra percepción. Aspiro a recuperar la práctica de estar una semana en un lugar sin WiFi y vivir normal sin él. La pregunta es ¿podemos aspirar a un futuro donde podamos prescindir de estas pantallas? 

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